lunes, 25 de febrero de 2013

Capítulo 10: Al exilio en le tour de france (primera parte)‏

Muy señores míos: Debido a que mi actividad sevillana carece de bastante interés  al menos para mi, este va a ser el último capítulo de esta temporada...ya sabéis  si queréis mas ediciones no tenéis mas que buscarme alguna ocupación lejos de tierras sevillanas... Australia, por ejemplo, que es un caprichito que tengo desde hace tiempo oye...

Pues eso, que ya estoy en Sevilla (buuuuuuuuh!), sufriendo el magnifico clima mediterráneo de la zona y reponiendome de mis variadas lesiones...y la adaptación no ha sido solo necesaria para el clima, el efecto Rewe (el supermercado alemanote por excelencia...vamos, el Mas y Mas de Mainz) sigue presente en mi, y si ya saludar a una cajera de supermercado con un Hallo suena muy raro, imaginaros pedirle una bolsa de plástico en alemán a una andaluza de barrio... que la chiquilla no piensa desde luego...este chaval tiene estudios...sino; como no me hables en perfecto castellano te arreo una bofetada a mano abierta.



Y es que ahora tengo el sindrome Pretty Woman pero a la inversa...uno, que todos resaltan de mí mi finura y saber estar, ahora se tiene que adaptar a "la plebe"...uno que ha bebido durante tantos meses en jarras de cristal ahora se tiene que ver de botellona o litroneando en la plaza de un barrio, uno que siempre pedía una cerveza con un bitte (por favor en alemán....¿Lo veis como sois plebe?) ahora la tiene que pedir a gritos mediante un shoshooooooo, dame la litro mas fresquitaaaa... por favor, con lo poco que me gusta a mi alzar la voz....

Pero bueno, a lo que iba, voy a cerrar la etapa alemanota contándoos el viaje de vuelta, que como manda la tradición en mi, no podría consistir simplemente en volver en avión...demasiado sencillo...que mejor que hacerlo recorriendo 2000 kilómetros (a ojo, ni puta idea de cuantos pueden ser...) en un coche abarrotado de maletas y bolsas de cosas acumuladas por tres individuos en 10 meses con cierta tendencia al síndrome de Diógenes...

 La cosa empezó muy bien planificada.... Juanjo y Rafita me recogen el miércoles por la tarde, tiramos para Francia para dormir en París y al día siguiente hacerlo en Mónaco, cerquita de la frontera para al siguiente día poder atravesar España descansados y sin problemas...es decir, salir Miércoles y llegar el Viernes a la noche, Sábado por la mañana lo mas tardar....

Bien, eso sobre el papel, ahora la realidad: Juanjo y Rafita llegan el Miercoles a Mainz a eso de las 12 de la noche (bien, para cumplir el calendario decidimos pasar de París), pensamos que entonces mejor quedarnos donde Ilion a dormir y salir por la mañana temprano para Mónaco a eso de las 8 y media de la mañana...pero ya que estamos, antes nos bebemos la botellona de Whisky que yo, sin premeditación previa alguna por supuesto.... les tenia preparado...y ya puestos por que no ir al Caveau para despedirse de Mainz como dios manda.... Resultado: Si, a las 8 estabamos despiertos...aún Ilion, que es un gran anfitrión y no le gusta perturbar a sus invitados, nos dejó durmiendo de tal manera que cuando inocentemente miramos el móvil para dirigirnos hacia Mónaco....6 y media de la tarde... Y es a partir de ese momento cuando nuestro organizado viaje de retorno a Sevilla se convirtió en un despropósito tras otro.



Primera regla que nos impusimos: No volver a planificar nada visto lo visto... Tras hacer una compra digna de la nevera de Clau (dos paquetes de pan de molde, 3 paquetes de jamón york, dos de queso, chocolate, salami, 5 botellas de jaggermeister, dos de vodka, 3 de limón y una de Coca Cola....vamos, lo que viene a ser el pack básico de supervivencia para recorrer Europa...) y tras jugar al tetris con las maletas (literalmente yo era la pieza en forma de L encajada en la parte de atrás del coche...que en cada curva tenia que sujetar con fuerza la masa de cosas que se encontraban a mi lado para no acabar sepultado...técnica usada por Juanjo para evitar que me durmiera...) conseguimos por fin salir rumbo a nuestra primera etapa del viaje: -Mainz - Lyon.

Tras abandonar con mucha pena la ciudad con nombre de marca de Mayonesa, conseguimos llegar a eso de las 7 de la mañana a Lyon, no sin antes, como manda la tradición, tener nuestro primer contacto con la polizei (gendarmerie en este caso...) Y es que, al parecer, no es bien recibido para los franceses aparcar en medio de una urbanización / polígono industrial para situarnos y de camino, aprovechar uno de nosotros para echar una buena bratwurst sin pommes frites... así que a los pocos minutos de parar, apareció un coche de policía dispuesto a hacernos practicar enseguida con nuestro impecable francés (el idioma, no la técnica para librarnos de una posible multa) e imaginaros el cóctel ...tres andaluces empeñados no se por qué, en poner en práctica en medio de la nada francesa el poco alemán aprendido, dos franchutes sin idea de inglés intentando sacar alguna conclusión de lo que pasaba ante las titubeantes frases de los andaluces que mezclan alemán con inglés y añadiendo en ocasiones algún si vous plaît, un coche repleto de cosas sueltas, maletas sin orden ni concierto (que creo que no llegaron a registrarla no por sospechosa, sino por pereza de tener que revolver entre tanto trasto y tanta porquería  y todo esto sentado en unas escaleras con avíos para sandwichs y mapas replegados entre los escalones...

Total, que como la paciencia francesa no es tan infinita como la alemana decidieron optar por la solución a la española (lo más fácil y menos trabajoso para todos), tomarnos los datos y dejarnos ir... si algo pasaba en esa noche estaba claro los culpables..... Tras atracón de cafeína y atravesar por multitud de pueblos de esos dignos de una matanza a lo Puerto Urraco (si, porque nosotros para que íbamos a pagar peaje pudiendo tirar por carreteras comarcales...donde verdaderamente reside el encanto francés....) llegamos a la matina a Lyon, una ciudad que en un principio no teníamos la intención de visitar, pero claro, también en un principio teníamos planeado llegar a Sevilla el viernes a la tarde y ya era viernes por la mañana...

Como aparcar un coche repleto de maletas, fianzas de residencias y portátiles no era muy aconsejable hacerlo en medio de una calle de una ciudad que no conocemos, decidimos darnos un caprichito y aparcarlo en un parking... Así es como empezó otra nueva etapa de Pekin Express para nosotros: ver una ciudad de medio millón de habitantes en el menor tiempo posible para no tener que pagar una pasta en parking.

La ruta, a falta de oficina de turismo, yo la tenía bien clara....seguir las iglesias picúas, ya que la técnica de preguntar a una francesa se resolvió con la respuesta mas desganada del mundo:
 -Excuse Moi, Where is the touristeninformation? (no sabre un idioma en condiciones, pero mezclando los que sé no me gana nadie...)
-I don't Know, I think in Bellevue but at 7 o'clock is closed I Think (un punto para la francesa que enseguida comprendió que lo mejor era responderme en inglés)
-OK, and What Can I see in that city?
(Y aqui viene la respuesta con menos tirón comercial para el turismo de una ciudad) Este es el teatro, esta la opera, ahí el museo, abajo el ayuntamiento, eso es un hotel (todo esto respondido en 5 segundos) y poco mas....si acaso baja por esa calle y te das un paseo...

Ea, ciudad vista en 10 segundos....pero por desgracia no era así, al otro lado del río se divisaba una colina con lo que parecía la catedral y ruinas romanas.... debido a mi tremendo cansancio por las horas de viaje (y por la prohibición no explicita de Juanjo para que no me durmiera....digo no explicita porque nunca me lo prohibió pero bien que me gritaba cuando daba una cabezadita...) y mi teoría de: si la veo desde aquí  para qué subir tantos escalones... por dentro pensaba; por favor, que ni a Juanjo ni a Rafita se les antoje subir...y tras esto llego la temida pregunta de Juanjo: ¿ Queréis subir?

Los que me conocéis sabéis que ante una pregunta de tal calibre siempre respondo de dos posibles maneras: -Mediante una respuesta que nada tiene que ver con la pregunta, resultado de mi poca capacidad de atención (y en pequeña parte a cierto grado de esquizofrenia ya mencionado con anterioridad...si, me lo debo hacer mirar...)
-Con un "me da igual" que se debe traducir por: adivina tu lo que quiero porque ni yo mismo lo sé y que sea lo que tenga que ser...

En fin, que al final acabamos subiendo la puñetera colina, la cual creo que ninguno de los tres tenia ni puta ganas de subirla, pero dado a que tenemos menos capacidad de liderazgo que Llamazares pues acabamos haciendo lo primero que surja....

Bueno, pretendía que este fuera el último correo, pero vista mi conocida por todos, capacidad de enrollarme hasta dejar a El Quijote a la altura de una simple fábula... dejaré para otro día el resto del viaje, que como aperitivo decir que transcurrió por Cannes y por un pueblo de la mitad de Francia cuyo nombre ni lo llegamos a saber (o si que llegamos a saberlo, pero lo olvidamos enseguida) pero en el que se celebraba la fiesta del vino.... Pues ala, a muchos ya os veré en estos días, a otros se os echa muchísimo de menos y a mis argentinitos un fuerte abrazo como siempre, en especial a Flor, que no se nada de ti joia, mándame un mensajito contándome como va la cosa con Pedro (no tiene que ser así de largo tranquila...) Perdonad la extensión, pero ya sabéis el lema.... si queréis  leerlo y si no, que os pique un pollo rabioso del Kentucky y que os trate la infección cualquiera de los doctores Erasmus tras una noche de borrachera en la que se ha mezclado cerveza con jaggers... Ala, besitos y abrazos (selectivamente)

Nostalgia erasmusera

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