miércoles, 27 de febrero de 2013

Capítulo 5: De reinvenciones y crisis veinteañera‏

Bueno... A principios de mes llegó el día anunciado que me tiré de un puente... ¿A cuento de qué? Del Groupon: Esa malvada empresa que igual me hace meterme en un curso de Comunnity Manager que hacer puenting por veinticinco euros... ¿Y que tal la experiencia? Pues muy bien la verdad, aunque lo mejor para mi fue lo que para el resto supuestamente es lo peor de tirarse por un puente: El momento del tirón.

A la gente le desagrada por el latigazo, a mi me encantó porque significaba que ciertamente no me iba a estampar contra el suelo... de hecho no respiraba hasta que llegaba ese momento.... Os hablaría de la adrenalina, de la sensación de libertad, de la bla bla bla, pero eso ya lo sabéis de declaraciones de cualquier hippie... Acojona cosa mala, sobre todo el momento quito el pie y me despeño... pero oye, no me preguntéis qué necesidad pero es una experiencia genial y, por si fuera poco, lo volvería a hacer...

Decía que todo esto viene a cuenta del Groupon... pero mentira. Viene de un nosequé que me ha entrado en los últimos meses aquí en Barna por volver a tener 20 años (que no es que esté muy lejos de ellos... pero oye, ya no los tengo coño). Como mis compis son como volver a verme con cuatro años menos pero más salubre, he entrado en una hiperactividad que si no me hago los 12 ochomiles es porque con la Sevici no se llega allí. ¿Que Cesc me comenta de una carrera? Pues allá que voy a apuntarme porque todos sabéis que no hay cosa que más me guste en el mundo que hacerme 12 kilómetros un domingo por la mañana. ¿Que Jaume me dice de hacer una maratón de dos horas de spinning? Pues vale porque yo soy muy de eso que no sabía que era hasta que lo miré en internet... ¿Que es domingo por la tarde y me aburro? Pues los llamo a todos y les digo de hacer gofres ¿Cómo? No se... entonces se hacen tortitas.... y el domingo que viene paella.



Así están los pobres acojonaditos cuando me ven que no estoy en mi posición natural tirado en el sofá, que igual les llego con un pollo de cinco kilos agarrado de las patas traseras al grito de ¡ya tenemos cena! (postal costumbrista que lo llaman)... Empiezo a sospechar por sus preguntas de cuando vuelvo a Sevilla otra vez que necesitan algo de paz... (pues hasta octubre van listos...) ¿Y el máster qué? Se estarán preguntando mis padres... pues bien papa, el máster bien. ¿Y la pseudoferia de Abril barceloní? Pues eso... a ver, como concepto no está mal, pero estaba claro que ni por asomo se iba a parecer... Es como una Feria de estas de pueblo que las colocan en polígonos industriales pero más fashion, más cosmopolita... pero con sus canis y sus chonis también. Yo para empezar es que no concibo una feria sin albero... (no me había dado cuenta de la importancia del jodío albero hasta este año), que eso de pisar sobre cemento es como muy frío.... y el Mediterráneo de fondo oye, como postal muy bonico, pero descoloca.

Por lo menos fue todo una gran excusa para tomarme mis jarritas de rebujito, que como las hacía yo eso de las proporciones no estaban del todo correctas (por no decir que era directamente manzanilla un pelín rebajada) pero oye, era rebujito. Ahora eso si, como las fiestas de los barrios aquí en Barcelona nada. Cada semana desde abril cada uno empieza a celebrar sus fiestas... Lo que hemos conocido de toda la vida como las velás pero en vez de actuar el grupo de baile flamenco de cada distrito, actúan grupos de verdad. Bueno de verdad... que dan el pego vamos.

Es así como desde hace unas semanas he iniciado lo que he denominado como "turismo pinomontañeril", que consiste en ir a barrios alejados de la civilización y compararlo con la fauna de San Diego. El primero fue el de Sagrada Familia, que tenía su clase y poderío... pero después la cosa derivó a barrios como El Guinardó, El Carmel... donde el encanto estaba en buscar a la "Amparo" del lugar (para los que no estén familiarizados con el término, a la bonachona dispensadora de litros de cerveza y paquetes de patatas que todo barrio tiene como institución), el estilo de VPO imperante, buscando edificios marrón-color carne como los de San Diego... Vamos, que uno cuando ha visitado ya como seis veces el Parc Güell busca otros estímulos...



Venga va, volviendo al máster la cosa ya no queda sólo en las clases... Sigo escribiendo como dosshientos textos al día y por buscar entretenimiento trancribo ruedas de prensa en catalán, momento en el que según los asistentes entro en un trance místico del que me es imposible despertar. Lo que para ellos es un estado de nirvana, para mí es un: tengo que traducir del catalán al castellano, escribir a la vez y seguir escuchando para que no se me pase ni una sola declaración... ya puedan montar una mascletá en el asiento de al lado mientras Rita Barberá se arranca por sevillanas que yo ni me inmuto.

El resto pues eso, mucha crítica, mucha crónica, mucho libro por leer... pero la vista la tengo puesta en las prácticas, que incluso ya tengo ensayado el recorrido que tengo que hacer en la Sevici (es Bicing aquí, pero vamos, que ya puedan hacerme hijo legítimo de Barcelona que para mí seguirá siendo la Sevici) para llegar al lugar, porque si algo tiene de motivador la Sevici es que ya tengas que ir a la otra punta de la ciudad, el recorrido te lo haces en la media hora que te dejan sin cobrarte... y aquí el reto (de ahí a que lo tenga ya ensayado...) viene de poder llegar en 30 minutos a la zona alta de la ciudad (El Putxet para los aburridos que quieran buscarlo... Garbanz según mi traducción cuando me dijeron que la oficina estaba allí), que si Barcelona es tan grande no es por economía ni por desarrollo... es por cabezonería de decir "aquí se construye si o si", porque os lo digo yo, hay barrios que están hechos a mala leche, que construir casas en los árboles hubiese sido más práctico.

Y ahora que ya me he tirado de un puente ando buscando otras motivaciones... Quiero hacer la carrera zombie pero la gente no me sigue, muy triste pero es así, yo no hago más que proponer planes muy entusiasta y la gente se me adormila... Hasta para los más sencillos...: ¡Vamos a la playa! No que está lejos... claro, para ti que has vivido toda tu vida en un sitio con mar... si tuvieras que aguantar una hora de viaje con Radio Nacional yéndose del dial cada 10 minutos... o peor, la playa de Sanlúcar de Barrameda... 

Después por cabezonería voy sólo... llego al puerto y me digo a mi mismo (momentos de lucidez que los llamo) anda... no vayas de bohemio de la vida que no te pega, vuélvete. Y llego a casa sudado y contando que el agua estaba muy frequita....

Ale chavalotes, aquí lo dejo antes de que os saturéis, para que veáis qué considerado soy... (y porque tengo el arroz al fuego y ya tenemos una cara de Belmez en los azulejos de una vez que se nos olvido apagar el fuego...) Besets, abraçadas y esas cosas a repartir según el cariño que os estime.

 Pdt: En agosto me quedo solico llorando por los rincones, por si os apetece (no a todos claro, que el piso se resiente...) hacerme una visitilla.

Me quieren entender, pero no pueden...

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